e-pesimo Auxiliar 1

Auxiliar1, Auxiliar2, Auxiliar3 y Auxiliar4 son Blogs auxiliares de epesimo y de e-pesimo

Actualización de madrugada

Mi foto
Nombre:
Lugar: Cantabria, Spain

domingo 14 de agosto de 2011

PERMISIVISMO DE ESTADO: El ocaso del fracasado laborismo inglés coincide con el apogeo de asaltantes, saqueadores y delincuentes en Inglaterra

Salvador sostres

14/08/2011

Sin verte ir a trabajar

Londres no arde. En algunos barrios hay algunos disturbios y no son culpa ni de la inmigración, ni de los negros, ni de la desesperación, ni de los recortes gubernamentales. Londres no arde. Londres es la primera ciudad del mundo. La más vigorosa, la más innovadora y la más creativa, la más cosmopolita, la que mejor ha integrado a la inmigración, la que con más naturalidad ha interiorizado el multiculturalismo. Sólo hace falta ir a cualquier club de Pall Mall durante los pre-dinner drinks para constatarlo, esto por no hablar de los círculos financieros.

En Londres ha pasado lo mismo que en Barcelona y en Madrid; y es que las falsas promesas de la izquierda se han desmoronado. La mentira socialdemócrata ha muerto devorada por ella misma. La solución no es ni será nunca comprar a nadie con ayudas y subsidios. La solución no será nunca adormecer a la masa con cheques regalo.

Así sólo se crean gandules e inútiles incapaces de reaccionar ante ningún contratiempo. No es cuestión de dinero, es cuestión de cultura. Lo ha dicho el primer ministro Cameron: «El gran problema de nuestra sociedad es que muchos chicos crecen sin saber la diferencia entre el bien y el mal».

Los análisis etnicistas son un fraude. No es un problema de inmigrantes. Es un problema de los que se creyeron las promesas laboristas, lo mismo que sucedió en España con las promesas socialistas. El problema son las almas blandengues que la socialdemocracia ha creado.

La izquierda se hace la madre con sus ayudas, pero es el huevo de la serpiente que engendra guetos y quejicas, delincuentes en potencia como los que hemos conocido en Tottenham. Son los mismos que arrasaron Sol y plaza Cataluña: los hay inmigrantes y los hay autóctonos; los hay negros, los hay blancos; jóvenes y viejos, ateos y cristianos. La desgracia es transversal, como el talento y la gracia.

Esperaban poder pasar por el mundo sin tener que trabajar. Se creyeron todas las mentiras de la izquierda, en especial la más hilarante de todas, que es la de los derechos adquiridos. Aquí lo único que tienes realmente adquirido es lo que puedas pagarte con tu dinero -y, por lo tanto, con tu trabajo-, como todo el mundo.

Cameron, que está enérgico y brillante al frente de esta crisis, lo ha explicado perfectamente: «Demasiados hijos nuestros han crecido sin ver jamás a su padre ni su madre ir a trabajar». El problema no es el lugar del que cada cual proviene, sino los millones de vidas a las que la socialdemocracia ha dejado sin sentido ni destino, anestesiándolas, arrinconándolas como a los ancianos en los asilos.

No es un problema de desesperación, es un problema de virilidad. Falta nervio, falta tensión, falta sentido del honor para enfrentarse a la dificultad. Acampar en plazas, quemar edificios y atacar a la policía es la demostración de una enorme debilidad, sobre todo intelectual, de una total falta de recursos para vivir tu vida como un ciudadano adulto y libre.

Londres no arde. Londres es una ciudad fantástica. Arden los que pretenden vivir sin trabajar. No es un problema de integración, sino de delincuencia. No cabe la negociación y hace falta mucha policía. Y toda la mano dura que sea necesaria para restablecer la ley y el orden. Es lo que se espera de un país civilizado y es justo lo contrario de lo que sucedió en la España moralmente quebrada de Zapatero.

Vivimos en una época justa en la que todos tenemos garantizada la igualdad de oportunidades, lo que de ninguna manera puede confundirse con la igualdad de resultados. Tú eres el único responsable de tu vida, y para los que no se comportan tenemos a la policía

JAIME LÓPEZ / Londres
Especial para EL MUNDO

14/08/2011

La calma regresa a Tottenham una semana después

Un millar de personas se manifiesta de forma pacífica en este barrio londinense

Zapatero embusteroAaron Biber, un barbero de Tottenham de 89 años cuyo negocio fue destruido hace una semana, ha reabierto las puertas de su peluquería gracias a las donaciones de cientos de vecinos. «Me robaron mis tijeras, los secadores, destrozaron los espejos… Se llevaron hasta la tetera que utilizaba para hervir el agua y tomar té», confesó ayer a la prensa este barbero, convertido en el símbolo de un barrio que intenta recuperar la normalidad. Su negocio, a escasos metros del esqueleto de un edificio carbonizado por las llamas, está situado en la avenida principal de Tottenham, al norte de Londres.

Este deprimido barrio de los suburbios de Londres, con los índices de escolaridad y empleo más bajos de Reino Unido, fue el epicentro de los disturbios que durante cuatro días consecutivos pusieron contra las cuerdas a la policía británica. Su pequeña peluquería de 60 metros cuadrados quedó totalmente destruida por la anarquía. Pero la filantrópica campaña Recuperando el peinado de Aaron reunió en un tiempo récord más de 30.000 euros para que este barbero pudiera seguir trasquilando cabelleras.

Ayer se cumplió una semana de la primera revuelta en Tottenham, donde cientos de jóvenes atacaron el cuartel de la policía local para exigir «justicia» por la muerte de Mark Duggan, un joven negro de 29 años, abatido en un control policial. El resto es historia. Más de 1.500 personas detenidas, 1.000 negocios saqueados y la peor ola de violencia de los últimos 26 años que ha sacudido los cimientos de la sociedad británica.

Los mensajes políticos y las reivindicaciones sociales volvieron a sonar ayer en las calles de Tottenham, en la primera manifestación pacífica que se realiza después de los violentos disturbios callejeros. «Los verdaderos saqueadores son los banqueros, los verdaderos vándalos son los policías», gritaba ayer el millar de manifestantes.

La concentración, que empezó a mediodía en el barrio de Dalston (noreste) y terminó en un céntrico parque de Tottenham, transcurrió sin incidentes, custodiada por un gran despliegue policial. «Queremos un futuro, no a los expedientes delictivos», clamaba un joven con megáfono, criticando las políticas del primer ministro, David Cameron. «Yo vine a esta marcha para intentar recuperar el carácter pacífico y político de estas protestas. Es una manifestación contra los recortes del Gobierno y contra el sistema político», afirmaba ayer Ethan Race, un estudiante de 20 años, que está a punto de terminar su carrera de director de cine. Un grupo de niños encabezaba la marcha, mientras hacían con los dedos el símbolo de la paz y sujetaban una gran pancarta que pedía «un mejor futuro». Otro de los lemas más repetido incidía en el mosaico de culturas que compone Londres. «No vamos a permitir que las distintas comunidades luchen entre sí, esto es un problema nacional, no un problema de razas», gritaba Samuel Barrows, vestido con la gorra verde que puso de moda el Che Guevara y ondeando una bandera donde se podía leer «Revolución».

La marcha estaba compuesta por un heterogéneo grupo de londinenses, jóvenes estudiantes, personas mayores, blancos, negros y asiáticos, quienes sumaron sus voces para demostrar que también saben protestar cívicamente y sin violencia. Otras muestras de civismo se repitieron en otros barrios de Londres.

En Ealing, cientos de vecinos salieron ayer a las calles para colocar flores donde un jubilado fue apaleado hasta la muerte por intentar apagar un incendio, mientras que en Peckham (sureste) un gran cartel lleno de adhesivos de colores condenaba la violencia y llamaba a la refundación de un barrio mucho mejor

BEGOÑA PÉREZ / Londres
Especial para EL MUNDO

14/08/2011

Cameron, firme con los recortes policiales

Sigue en pie el plan que suprimirá 30.000 puestos de trabajo antes de 2015

Links to this post:

Crear un enlace

Home

Estadisticas y contadores web gratis
Estadisticas Gratis

Visitor Map
Create your own visitor map!